miércoles, 28 de mayo de 2008

CAMPAÑA NACIONAL POR EL DERECHO AL ABORTO LEGAL SEGURO Y GRATUITO


COMUNICADO DE PRENSA
28 DE MAYO DÍA INTERNACIONAL DE ACCIÓN POR LA SALUD DE LAS MUJERES
.

Las diversas organizaciones que sostenemos en nuestra agenda política el
compromiso con la defensa de los derechos de las mujeres, desplegamos
acciones de protesta y visibilización en el “Día Internacional de Acción por
la Salud de las Mujeres”.

Como CAMPAÑA NACIONAL POR EL DERCHO AL ABORTO LEGAL SEGURO Y GRATUITO
continuaremos trabajando en conjunto por la vigencia y el cumplimiento de
los derechos adquiridos y por la conquista de nuevos derechos que garanticen
la accesibilidad de las mujeres a la justicia, el respeto y el pleno
ejercicio de los derechos humanos de las mujeres.

El 28 de mayo de 2007 presentamos en el Congreso Nacional nuestro Proyecto
de Ley cuyo objetivo es lograr la despenalización del aborto y el acceso de
todas las mujeres que así lo decidan al aborto legal, seguro y gratuito; lo
que significa que se realice el aborto por decisión de la mujer y hasta las
12 semanas de gestación y sin límite de tiempo en los casos de violación,
peligro de salud o vida, o malformaciones fetales graves.

Este proyecto consensuado colectivamente es respaldado por un gran espectro
social y político, contando con la adhesión de personalidades de la cultura,
la ciencia y la sociedad en general.
Este 28 de mayo, seguimos con la misma fuerza y el convencimiento de que
nuestro país tiene la obligación jurídica, ética y política de garantizar la
vida de las mujeres y para ello es imprescindible la legalización del
aborto. Continuamos impulsando el debate en la sociedad y con los
representantes en las Cámaras sobre el derecho de las mujeres a la salud y a
poder decidir sobre nuestros propios cuerpos.

Convocamos en todo el país a reclamar, exigir y garantizar los derechos de
las mujeres hoy y todos los días en una práctica ciudadana efectiva, por:
• Despenalización y legalizacion del aborto.
• Estado laico y democrático que garantice el cumplimiento sin
judicialización de los abortos legales contemplados en el artículo 86 del
código penal.
• Condena a las/os responsables del asesinato de Ana María Acevedo en Santa
Fe.
• Educación sexual integral con perspectiva de género.
• Cumplimiento efectivo del Programa Nacional de Salud Sexual y
Reproductiva.


¡¡Ni un día más sin derechos para las mujeres!!


Educación sexual para decidir,

anticonceptivos para no abortar,

aborto legal para no morir


www.abortolegal.com.ar
Argentina, 2008

martes, 20 de mayo de 2008

K.O al Test Tyson

Por Eva Giberti *

La voz de alarma en el periodismo surgió en Página/12 con la firma de Mariana Carbajal refiriéndose a la “nota” “Madura el K.O. Test Tyson”, título en la revista Hombre que alude al conocido boxeador que fue sentenciado en un caso de violación, y que propone a los varones cómo evaluarse según sea su modo de golpear a las mujeres.

El primer argumento esgrimido en favor de esta publicación será la libertad de prensa. También podría ser el humor. Dicho test se inventó, se publicó, se colgó en una página web –posteriormente se descolgó– y circuló en esa revista.

¿Qué pretendía? Proponer a los varones su propia evaluación para cotizarse según fuera la oportunidad en la que corresponde golpear a sus compañeras –esposas, novias, amantes– y de acuerdo con cuáles tácticas. Esta alternativa oscila entre dejar evidencia mediante una marca o moretón o golpear sin que queden rastros. El Punto 2 sugiere o recomienda:

“En cuanto a métodos:

A) Un puño envuelto en un repasador no deja marcas (...)

C) Tirás el plato (el de los fideos fríos, por ejemplo) al suelo y cuando se agacha a limpiar el enchastre la aleccionás con un puntapié en las costillas.”

Es decir, se trata de aumentar el espacio del que dispone el potencial de la violencia masculina y achicar los márgenes de lucidez necesaria para desactivar la vocación golpeadora que se entabla entre el victimario y su víctima. De este modo la revista introduce la terceridad, al aparecer un “escritor” que al mismo tiempo se inscribe como un réferi que dirige la tortura al mismo tiempo que legitima el delito y autoriza a disfrazarlo como una travesura entre machos. Son todos protagonistas que disfrutan del placer que golpear y humillar produce, creando además la corporación de golpeadores que se leen a sí mismos, se interpretan y se proponen alternativas para compaginar diversas formas de disfrute. Por ejemplo, en el punto 7 del test que recurre al adoctrinamiento de la víctima propone:

“En una sesión adoctrinante:

A) Le das hasta que quede morado.

B) Aflojás cuando se te acalambra la mano.

C) Versión Ginóbili: períodos de 10 minutos con descanso de dos.

D) El balcón está cerrado, Monzón dixit.”

Estas violencias –fácilmente reconocibles por sus huellas físicas o en esta oportunidad por la exaltación del homicidio convocado– están muy lejos de depender exclusivamente de la brutalidad de algunos. Se golpea a las mujeres porque son mujeres. Porque son diferentes de los varones y esta diferencia les resulta insoportable porque es interpelante y con frecuencia define impotencias y carencias masculinas de las cuales las mujeres son-somos testigos incómodos para la ilusión de superioridad masculina. Esa diferencia que se tramitó como inferioridad encubriendo la insoportable presencia de una testigo de claudicaciones y miserias que muchos hombres no reconocen en su condición de seres humanos, la heredamos desde historias antiguas. Recordemos a Tertuliano (vivió entre los años 155 y 230) que escribió, dirigiéndose a las mujeres a propósito del Juicio Final: “Porque también a vosotras se os ha prometido para ese momento la misma sustancia angelical que a los hombres, el mismo sexo (idem sexu qui et viris) que os garantizará el mismo poder de juzgar”. O sea, la posibilidad de las mujeres de transformarse en varones para ganar una capacidad de juicio de la cual carecerían.

Este oculto y transparente afán de aniquilar la diferencia con la que no pueden convivir conduce en la redacción del Test a ocupar el lugar de la mujer para reproducir sus palabras imaginando conocer sus respuestas complacientes ante la tortura que la victimiza:

“Punto 5. Cuando le preguntan por sus `marcas de amor’, ella:

A) Dice que se cayó por las escaleras.

B) Dice que sos un amante temperamental.

C) Te pide permiso para contestar.

D) No la dejás verse con otras personas, no tienen por qué inmiscuirse en tu relación.”

Pudo escribirse de este modo porque los filtros informativos (Amartya Sen) que calibran lo repugnante de una producción escrita dejaron pasar los contenidos que describen por ejemplo en el Punto 3:

“Es su día especial (aniversario, cumpleaños, etc.):

A) La maltratás menos que de costumbre y le pedís perdón luego de hacerlo.

B) La llevás a pasear para humillarla en público.

C) Le pegás con el cinto, pero sin la hebilla.

D) No tenés idea cuándo es ese día y la golpeás si te insinúa algo.”

En lo que se refiere a violencia contra las mujeres el potencial masculino ha logrado que en organismos internacionales se hable de una peligrosa epidemia; lo cual advierte que, ante las estadísticas que describen las muertes de las mujeres como efecto de la violencia masculina, los esfuerzos de cada país se orientan hacia la fiscalización y sanción de la misma. ¿Cuál es entonces la posición de esta revista ante estos compromisos internacionales que involucran a nuestro país?

Podría pensarse que el Test constituye incitación al delito y también deberíamos concluir que en realidad se está tramando una asociación ilícita entre quienes incorporan, mediante sus lecturas, la idea de que se puede decir, escribir cualquier cosa respecto de las mujeres porque “no pasa nada”, ya que en la revista resulta que “no pasa nada” si se violenta a una mujer. De otro modo no se recomendarían técnicas de violencias contra ellas-nosotras porque se temerían los efectos de las mismas. Discernir acerca de estas perspectivas podría instituirse como intervención de la Justicia.

Nuestra capacidad selectiva debe saber qué hacer con la información que se transmite por un medio de comunicación. También saber que con estas publicaciones se arriesga crear nueva información para los interesados en refinar sus violencias contra las mujeres.

Ante ello contamos con un proyecto de repudio ante la Legislatura porteña relativo a la publicación de “Madura el K.O. Test Tyson” firmado por la diputada Diana Maffía y aprobado por unanimidad; también presentaron proyectos de repudio la diputada Amendolara, de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires; la senadora Marita Perceval, el Consejo de la Mujer de Mendoza y alzaron sus voces el Inadi, el Consejo Nacional de la Mujer, la Red de Monitoreo de Políticas Públicas para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, integrada por varias ONG, y el Movimiento de Mujeres de Córdoba, que inició la protesta.

Permanecer indiferentes ante una publicación que contraviene la Convención sobre la Eliminación de toda Forma de Discriminación Contra la Mujer (Cedaw) y a la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, de la Convención de Belem do Pará, además de lo establecido en los art. 16 y 75 inc. 22 de la Constitución de la Nación Argentina, implicaría consentir con la transgresión que esta publicación significa y desconocer la infiltración ideológica que esta índole de pretendidas humoradas promueve en favor de la violencia contra el género mujer.

Quienes desde la práctica cotidiana enfrentamos a hombres golpeadores, acompañamos a sus víctimas para que se opongan activamente a las violencias y propiciamos una educación para que los varones aprendan a convivir en paridad de derechos con las mujeres, advertimos la necesidad de reaccionar activamente ante la gestión de esta índole de violencias. Las proveen los tejedores de estrategias que aparentan divertir a sus lectores mientras en sus páginas traman –construyen tramas– que buscan generar una carcajada ante la violencia y la muerte que esta masculinidad golpeadora desparrama contra las mujeres.

* Coordinadora del Programa “Las Víctimas contra las Violencias”, Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación.

viernes, 16 de mayo de 2008

La heterosexualidad obligatoria y la existencia lesbiana (1978)

Adrienne Rich

Si las mujeres son las fuentes más tempranas del cuidado emocional y de la
nutrición física para los niños tanto del sexo femenino como del masculino,
parecería lógico, al menos desde una perspectiva feminista, plantear las
preguntas siguientes: si la búsqueda de amor y ternura en ambos sexos no
lleva originalmente hacia las mujeres; por qué de hecho alguna vez las
mujeres querrían dar una nueva dirección a esa búsqueda; por qué la
supervivencia de la especie, los medios de fecundación y las relaciones
emocionales y eróticas deberían, en todo caso, volverse tan rígidamente
identificados los unos con las otras; y por qué deberían de encontrarse con
restricciones tan estrictas para obtener a fuerzas la lealtad emocional y
erótica de la mujer y su subordinación a los hombres. Dudo que suficientes
estudiosas y teóricas feministas hayan hecho el esfuerzo de reconocer las
fuerzas sociales que arrancan las energías emocionales y eróticas de las
mujeres de ellas mismas, de las otras mujeres y de los valores identificados
con la feminidad. Estas fuerzas, como trataré de mostrar, van de la
esclavización física literal hasta el disfrazamiento y la distorsión de
opciones posibles. (...)

En su ensayo «El origen de la familia», Kathleen Goughe numera ocho
características del poder masculino en sociedades arcaicas y contemporáneas,
características que quisiera usar como marco de referencia: «la capacidad de
los hombres de negar la sexualidad de las mujeres o de imponerla a ellas;
administrar o explotar su trabajo para control su producto; controlar a sus
hijos o despojarlas de ellos; encerrarlas físicamente e impedir su
circulación; o negarles acceso a grandes áreas del conocimiento social y de
los logros culturales». [1] (...)

Es más fácil de reconocer la manera en que algunas de las formas en que el
poder masculino se manifiesta obligan a la heterosexualidad más que en
otras. Sin embargo, cada una de las que he enunciado contribuye al conjunto
de fuerzas dentro de las cuales las mujeres han sido convencidas de que el
matrimonio y la orientación sexual hacia los hombres son componentes
inevitables de sus vidas aunque sean insatisfactorios u opresivos. El
cinturón de castidad, el matrimonio infantil, la erradicación de la
existencia lesbiana (excepto como exótica y perversa) del arte, la
literatura y el cine, la idealización del amor y el matrimonio heterosexual;
todas estas son formas bastante obvias de compulsión, las primeras dos con
el concurso de la fuerza física, las otras dos con el control de la
conciencia. Mientras que las feministas han atacado la clitoridectomía como
una forma de tortura contra las mujeres, [2] Kathleen Barry fue la primera
en señalar que esto no es simplemente un modo de convertir a una muchacha en
mujer «casable» mediante una cirugía brutal. Tiene como objeto que las
mujeres en la proximidad íntima del matrimonio polígamo no quieran formar
relaciones sexuales entre ellas, que desde una perspectiva masculina y
genital fetichista las conexiones eróticas femeninas, estarán literalmente
excluidas, incluso en una situación de segregación de sexos. (...)

En su estudio brillante "El hostigamiento sexual de las mujeres
trabajadoras: Un caso de discriminación sexual", Catharine A. MacKinnon
traza la intersección de la heterosexualidad obligatoria y la economía. Bajo
el capitalismo, las mujeres son segregadas horizontalmente por sexo y ocupan
una posición estructuralmente inferior en el lugar de trabajo.(...). Ella
cita una gran cantidad de material que documenta el hecho de que a las
mujeres no sólo se les segrega en trabajos de servicio mal pagados (como
secretarias, empleadas domésticas, nanas, secretarias, operadoras
telefónicas, educadoras, meseras), sino que además la «sexualización de la
mujer» es parte del trabajo. Un requisito central e intrínseco a las
realidades económicas de la vida de las mujeres es el de que las mujeres
«ofrecerán comercialmente su atractivo a los hombres, que tienden a detentar
el poder y la posición económicos para imponer sus predilecciones». [3]
(...)

Esto da lugar a una diferencia específica entre las experiencias de las
lesbianas y las de los hombres homosexuales. A una lesbiana, que oculta sus
preferencias en el trabajo por los prejuicios heterosexistas, no sólo se le
fuerza a negar la verdad de sus relaciones fuera del trabajo o en su vida
privada; su trabajo depende de que pretenda ser no sólo heterosexual, sino
una mujer heterosexual en términos de vestir y actuar el papel femenino y
deferente, requerido de las mujeres «reales». (...)
no importa sEr heterosexual, sino PARECERLO

La heterosexualidad obligatoria simplifica la tarea del proxeneta y del
alcahuete en los círculos de prostitución universales y en los «centros
Eros» mientras que, en la privacidad del hogar, lleva a la hija a «aceptar»
la violación incestuosa de su padre a la madre, a negar que ello está
ocurriendo, a la esposa golpeada a permanecer con un esposo abusivo. «Hacer
amigos o cortejar» es una de las prácticas más importantes del alcahuete,
cuyo trabajo consiste en entregar la muchacha escapada o confusa al chulo
para que la prepare. La ideología del amor heterosexual, transmitido a ella
desde la infancia por los cuentos de hadas, la televisión, las películas, la
propaganda, las canciones populares, las ceremonias nupciales, es un
instrumento idóneo en manos del alcahuete, y uno que no duda en usar, como
documenta Barry. El temprano adoctrinamiento femenino en «amor» como emoción
puede ser en gran parte un concepto occidental; pero una ideología más
extendida profesa la primacía y la incontrolabilidad del impulso sexual
masculino. (...)

El supuesto de que «la mayoría de las mujeres son innatamente
heterosexuales» destaca como una piedra de choque para el feminismo. (...)
Sin embargo, la omisión en examinar la heterosexualidad como una institución
es como la omisión en admitir que el sistema económico llamado capitalismo o
el sistema de castas del racismo se mantiene por una variedad de fuerzas,
incluyendo tanto la violencia física como la falsa conciencia. (...)

He escogido usar las expresiones de existencia lesbiana y continuo lesbiano
porque la palabra lesbianismo tiene resonancias clínicas y limitantes. La
expresión existencia lesbiana sugiere tanto el hecho de la presencia
histórica de las lesbianas como de la creación continua del significado de
esa existencia. Con el término de continuo lesbiano me propongo incluir una
gama de experiencias identificadas con la mujer a través de la vida de cada
mujer y a través de la historia y no simplemente el hecho de que una mujer
haya tenido o deseado conscientemente experiencia sexual genital con otra
mujer. Si lo expandimos para que incluya muchas más formas de intensidad
primaria entre mujeres, como el compartir una vida interna rica, la
asociación contra la tiranía masculina, el dar y recibir apoyo práctico y
políticos y también podemos detectarlo en tales asociaciones como
resistencia al matrimonio (...) empezamos a captar dimensiones de la
historia y la psicología femeninas que han quedado fuera de nuestra
comprensión como consecuencia de definiciones limitadas, casi todas clínicas
del lesbianismo.

La existencia lesbiana comprende tanto la ruptura de un tabú como el rechazo
de un modo de vida obligatorio. También es un ataque directo e indirecto al
derecho masculino de acceso a las mujeres. (...)

Históricamente, las lesbianas han sido privadas de una existencia política
mediante su supuesta inclusión como versiones femeninas de la homosexualidad
masculina. Poner en el mismo plano la existencia lesbiana y la
homosexualidad masculina porque ambas son objeto de estigma es borrar la
realidad femenina una vez más. Obviamente, parte de la historia de la
existencia lesbiana se encuentra donde les lesbianas, a falta de una
comunidad femenina coherente, han compartido una especie de vida social y de
causa común con los hombres homosexuales. Pero hay diferencias: la falta de
privilegios económicos y culturales de las mujeres con respecto a los
hombres, las diferencias cualitativas entre las relaciones femeninas y las
masculinaspor ejemplo, los patrones de sexo anónimo entre homosexuales
masculinos y la pronunciada consideración de la edad en los patrones de
atractivo sexual entre los hombres homosexuales. Yo percibo la experiencia
lesbiana, como la maternidad: una experiencia profundamente femenina, con
opresiones, significados y potencialidades particulares que no podemos
comprender si simplemente las engrampamos con otras existencias sexualmente
estigmatizadas. (...)


Si consideramos la posibilidad de que todas las mujeres desde la infante que
mama del pecho de su madre a la mujer crecida que experimenta sensaciones
orgásmicas al dar de mamar a su propia progenie, tal vez al recordar el olor
de la leche de su madre en el de la suya propia, a dos mujeres, como la Cloe
y la Olivia de Virgina Woolf, que comparten un laboratorio, a la mujer que
muere a los noventa, tocada y cuidada por manos de mujer existan en un
continuo lesbiano, podemos vernos como saliendo y entrando a este continuo,
ya sea que nos identifiquemos como lesbianas, o no. (...)

No se puede suponer de las mujeres como las que aparecen en el estudio de
Caroll Smith-Rosenberg que se casaron, seguían casadas y, sin embargo,
vivían en un mundo femenino profundamente emotivo y pasional, que hayan
preferido o escogido la heterosexualidad. Las mujeres se han casado porque
era necesario para sobrevivir económicamente, para tener descendencia que no
sufriera de privaciones económicas ni del ostracismo social, para permanecer
respetable, para hacer lo que se espera de una mujer, porque, al provenir de
una niñez supuestamente anormal querían sentirse dizque normales y porque se
ha presentado el amor heterosexual como la gran aventura, deber y
consumación para la mujer. Podemos haber obedecido a la institución de la
heterosexualidad fiel o ambivalentemente, pero nuestros sentimientos y
nuestra sensualidad no han sido domados ni contenidos dentro de ella
. (...)

La doble vida este consentimiento aparente de una institución fundada en el
interés y las prerrogativas masculinas ha sido característica de la
experiencia femenina: en la maternidad y en muchos tipos del comportamiento
heterosexual, incluyendo los rituales del cortejo; la pretensión de la
sexualidad de la esposa decimonónica; la simulación del orgasmo de la
prostituta, de la cortesana, de la mujer «sexualmente liberada» del siglo
XX. (...)

La identificación femenina es una fuente de energía, un dínamo potencial del
poder femenino, cercenado y contenido por la institución de la
heterosexualidad. La negación de la realidad y de la visibilidad a la pasión
de la mujer por la mujer y a la elección de una mujer por otra como aliada,
como compañera de vida y como comunidad, el forzar tales relaciones al
disimulo y a su desintegración bajo intensa presión han significado una
perdida incalculable del poder de todas las mujeres para cambiar las
relaciones sociales entre los sexos, para liberarnos cada una y las unas a
las otras. La mentira de la heterosexualidad femenina obligatoria daña ahora
no sólo los estudios feministas, sino todas las profesiones, todas las obras
de referencia, todos los planes de estudio, toda relación o conversación
sobre la que se cierne. (...)

Otro nivel de la mentira es la implicación que se encuentra con frecuencia
de que las mujeres se vuelven hacia las mujeres por odio a los hombres. El
escepticismo profundo, la precaución y la justa paranoia acerca de los
hombres puede de hecho formar parte de la respuesta de cualquier mujer sana
a la misoginia de la cultura dominada por los hombres, alas formas asumidas
por la sexualidad masculina supuestamente normal, y por la incapacidad,
incluso por parte de hombres supuestamente sensibles o politizados de
percibir o considerar estos asuntos como perturbadores. Se representa
también la existencia lesbiana como un mero refugio de los abusos de los
hombres más que como una carga ecléctica y reforzadora entre las mujeres.
(...)

Podemos decir que hay un contenido político naciente en el acto de elegir a
una amante o a una compañera de vida mujer frente a la heterosexualidad
institucionalizada. Pero para que la existencia lesbiana consume este
contenido político en una forma liberadora hasta las últimas consecuencias,
la decisión erótica debe profundizarse y expandirse en una identificación
femenina consciente: en un feminismo lesbiano.

La obra que queda por delante, la de desenterrar y describir lo que aquí
llamo «existencia lesbiana» es potencialmente liberadora para todas las
mujeres.(...)

La cuestión surgirá inevitablemente: ¿Debemos condenar todas las relaciones
heterosexuales, incluyendo las menos opresivas?. Creo que este asunto,
aunque con frecuencia emotivo, está mal planteado aquí. Hemos estado
empantanados en un laberinto de dicotomías falsas que nos impide aprender la
institución en su conjunto: matrimonios «buenos» contra «malos»; «matrimonio
por amor» contra matrimonio arreglado; sexo «liberado» contra prostitución;
relaciones sexuales heterosexuales contra violación [4]; Liebeschmerz [5]
contra humillación y dependencia. Desde luego, dentro de la institución de
la heterosexualidad existen diferencias cualitativas de experiencia; pero la
ausencia de alternativa sigue siendo la gran realidad no reconocida, y por
la ausencia de alternativa, las mujeres seguirán dependiendo de la
oportunidad o de la suerte de relaciones particulares y no tendrán el poder
colectivo para determinar el significado y el lugar de la sexualidad en sus
vidas.
________________________________________

Notas:

[1] Kathleen Gough, «The origin of the family» en Toward an anthropology of
women (Hacia una antropología de las mujeres) ed. Rayna [ Rapp] Reiter(New
York: Monthly Review Press, 1975), p. 69-70.

[2] Frans P. Hosken «The violence of power: Genital mutilation of females»
(«La violencia del poder: La mutilación genital de las mujeres'), Heresies:
A Feminist Journal of Arts and Politics 6 (1979): 28-35.

[3] Catharine A. MacKinnon, Sexual Harassment of Working Women: A Case of
Sex Discrimination (NewHaven: Yale University Press, 1979), p. 174.

[4] Dicotomía que funciona en inglés, no en castellano. N. del T.[5] Dolor
de amor. N.

posteado por RIMA

jueves, 15 de mayo de 2008

DESDE HACE CUATRO MESES HAY PROBLEMAS EN EL PROGRAMA NACIONAL DE SALUD SEXUAL

Denuncian que no les entregan anticonceptivos a unas 900.000 mujeres

Según el Ministerio de Salud es porque se atrasó la entrega de una partida de pastillas. Más de la mitad de las afectadas por la falta está en la provincia de Buenos Aires.

Por: Pilar Ferreyra

Casi un millón de mujeres de hogares pobres que dependen de los servicios de salud públicos y de las obras sociales para planificar el futuro de sus familias, no están recibiendo desde diciembre del año pasado los anticonceptivos orales de distribución gratuita, ni aquellos que suelen recetarse en el puerperio (anticonceptivos de lactancia). Sólo la falta de provisión de anticonceptivos orales afectó en la Provincia de Buenos Aires a medio millón de mujeres. Y en Entre Ríos, Formosa, Salta, Santa Cruz, San Juan, Misiones, Corrientes y Córdoba a otras 400 mil.

En Buenos Aires, no obstante, hubo excepciones. Los municipios de Tandil y Mar del Plata compraron los medicamentos con presupuesto propio. Y algunos hospitales públicos de La Plata acopiaron anticonceptivos y abastecieron a las pacientes con estos excedentes.

En Ciudad de Buenos Aires no faltaron anticonceptivos orales porque el gobierno porteño los adquirió. Otras provincias tampoco sufrieron desabastecimiento: Tucumán, Mendoza, Santiago del Estero, Santa Fe, Chaco, La Rioja, Neuquén y Río Negro.

La distribución de los anticonceptivos es responsabilidad del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable del Ministerio de Salud de la Nación (PNSSyPR). Desde que asumió el gobierno actual el programa funcionó por inercia porque:

· La designación de la nueva coordinadora del programa recién se concretó el 23 de abril pasado.

· Varias partidas de anticonceptivos llegaron al país dos meses después de lo pactado, y más tarde se frenaron un mes en la Aduana.

Esto es lo que está denunciando el Consorcio Nacional de Derechos Reproductivos y Sexuales (Conders) que promueve el monitoreo del PNSSyPR en el país.

"El compromiso del programa nacional es comprar y distribuir insumos, lo que no quita que cada provincia tenga sus propias responsabilidades. Esta vez la demora fue excesiva. El Ministerio de Salud no priorizó el programa", enfatizó Mabel Bianco, presidenta de la Fundación de Estudios e Investigación de la Mujer (FEIM), integrante del comité asesor del PNSSyPR y del comité coordinador de Conders.

¿Qué anticonceptivos distribuye el PNSSyPR?

· Los hormonales orales (incluyendo lactancia).

· Los inyectables.

· El dispositivo intrauterino (DIU).

· Preservativos.

· Anticoncepción hormonal de emergencia ("píldora del día después").

Según el monitoreo de Conders en diciembre pasado -salvo los preservativos-, faltó el resto de los anticonceptivos. Más tarde, en marzo, se recuperó la distribución de los anticonceptivos inyectables, de la "píldora del día después" y de los DIU "que nunca faltaron porque se usan poco. Un poco porque la iglesia se encargó de hacer una campaña en contra argumentando que el DIU es abortivo. Otro poco porque muchos profesionales lo desaconsejan porque dicen que el que estaba distribuyendo el programa no era de buena calidad. Pero eso no es cierto", explicaron en estricto off fuentes allegadas al PNSSyPR.

"También está faltando folletería muy importante. Tanto como un protocolo de atención -pre y post aborto- que funcionaba para los casos que encuadraban dentro de la ley, que podían practicarse, habida cuenta de todos los problemas que suscitaban esos casos cuando se judicializaban", detalló la socióloga Susana Checa, también integrante de Conders.

El Ministerio de Salud de la Nación no quiso dar declaraciones oficiales. Pero, en "off the record", explicaron las razones del atraso de los anticonceptivos. "El 2007 ganó la licitación Eske Group una compañía importadora de origen peruano. La entrega debía haber sido hecha el 31 de diciembre pasado, pero recién llegó el 8 de marzo de 2008. Como la licitación no especificaba quién pagaba las franquicias, todo se postergó un mes, hasta el gobierno decidió pagarlas. Recién mañana la ANMAT habrá concluido la evaluación del estado de calidad de esta primera entrega. Hacia fines de semana podrá iniciarse la primera distribución, que no alcanzará a cubrir todas las necesidades". Ayer Clarín intentó comunicarse con la gerencia de Eske Group sin encontrar respuesta.

COLABORO: AGENCIA LA PLATA

El Estado, en retirada
Victoria Tatti

Fomentar hábitos responsables de anticoncepción en la población implica para el Estado no menos que poner en marcha una serie de acciones muy concretas. Es difícil imaginar un programa exitoso sin políticas educativas de acción directa -sobre mujeres y hombres adultos, jóvenes y adolescentes- acompañadas de la entrega gratuita de anticonceptivos. Existe una ley desde 2002 y la gestión del ex presidente difundió el logro importante que significa una legislación de este tipo para la ciudadanía. Hoy más mujeres saben cómo cuidar su salud y evitar embarazos no deseados. Justo cuando empiezan a apropiarse de este derecho, el Estado no pudo cumplir con su obligación.

Cómo enfrenta cada provincia la falta de medicamentos
A diferencia del Gobierno bonaerense que teniendo ley propia de salud reproductiva y procreación responsable (Ley 13.066), decidió esperar al arribo de la provisión de anticonceptivos orales por cuenta y orden de Nación. Otras provincias como Tucumán -que no cuenta con ley ad hoc- decidió tomar una decisión política distinta. Comprar anticonceptivos con presupuesto de la provincia.

De acuerdo al relevamiento del Consorcio Nacional por los Derechos Reproductivos y Sexuales (Conders), ésta fue la situación en algunas de las provincias:

· Ciudad de Buenos Aires: No faltan porque el Gobierno porteño los está comprando.

· Entre Ríos: No entregan anticonceptivos orales desde diciembre de 2007. En los centros de salud y hospitales hay DIU. Pero la provincia no está dando una respuesta.

· Formosa: Hace cinco meses no hay insumos en los hospitales ni en los centros de salud. La provincia no compra e informa "hay problemas de suministro de Nación".

· Salta: Hace cinco meses que faltan anticonceptivos orales y los de lactancia. La provincia no compra.

· San Juan: Faltan anticonceptivos inyectables y para amamantamiento. La provincia dice estar ahora iniciando una licitación de compra, pero llegará demorada.

· Mendoza: Hay faltantes porque la provincia redujo el presupuesto para anticonceptivos en 2008. Aquí la situación es menos grave que en otras provincias.

· Santiago del Estero: Sólo hay preservativos y algunos DIU. La provincia destinó -por primera vez- unos $100.000 y compró sólo los anticonceptivos de lactancia. Están por entregarlos.

· La Pampa: No escasean.

· Santa Fe: Hubo faltantes pero ya se superaron. En Rosario nunca faltaron anticonceptivos. "A principios de 2008, el flamante gobierno rosarino encontró muchos medicamentos y anticonceptivos sin distribuir (algunos vencidos)", recordó Bianco.

· Misiones, Corrientes, Santa Cruz : Faltan anticonceptivos orales y la provincia no compra.

· Córdoba: Empezó a comprar re cientemente anticonceptivos pero aún escasean a causa de la licitación provincial.

· Chaco: Hay faltantes de anticonceptivos orales pero no parece ser muy grave porque el programa provincial los estaba comprando.

· La Rioja, Neuquén y Río Negro: Los respectivos gobiernos provinciales están cubriendo los faltantes.

martes, 13 de mayo de 2008

SEXO, PODER Y GOBIERNO DE LA IDENTIDAD.

                  Michel Foucault (Entrevista).

  • En sus obras, da a entender que la emancipación sexual es menos la revelación de las verdades profundas sobre uno mismo o su deseo que en un elemento en el proceso de delineación y construcción del deseo. ¿Qué consecuencias prácticas se derivan de esta precisión?

        Lo que quería decir es que, a mi juicio, el movimiento homosexual tiene más falta de un arte de vivir que de una ciencia o un conocimiento científico (o pseudocientífico) de lo que es la sexualidad. La sexualidad forma parte de nuestro comportamiento, es un elemento más de nuestra libertad. La sexualidad es obra nuestra - es una creación personal y no la revelación de aspectos secretos de nuestro deseo-. A partir y por medio de nuestros deseos, podemos establecer nuevas modalidades de relaciones, nuevas modalidades amorosas y nuevas formas de creación. El sexo no es una fatalidad, no; es una posibilidad de vida creativa.

  • O sea, idéntica conclusión a la que llega cuando dice que deberíamos tratar de convertirnos en homosexuales y no limitarnos a reafirmar nuestra identidad homosexual.

        Justamente. Hay que renunciar al descubrimiento de la propia homosexualidad.

  • ¿Así como su posible sentido?

        Exactamente. Debemos, más bien, crear una forma de vida homosexual. Un convertirnos en homosexuales.

  • ¿Y se trata de un proceso abierto?

        Desde luego. Si examinamos los distintos modos a través de los cuales los individuos han experimentado su libertad sexual - el modo en que han delineado su estilo vital- o es forzoso concluir que la sexualidad, tal como la entendemos en la actualidad, se ha convertido en una de las fuentes más productivas tanto en la esfera social como en la vital. Personalmente, considero que hay que entender la sexualidad de otro modo. Es común pensar que la sexualidad subyace en el fondo de toda vida cultural creativa; pero es más bien un proceso inseparable de nuestra presente necesidad de crear, al hilo de nuestras opciones sexuales, una cultura vital.

  • Una de las consecuencias prácticas de este intento de revelación ha sido que el movimiento homosexual no ha superado la etapa de la reivindicación de los derechos políticos o de las libertades públicas relativas a la sexualidad,

        es decir, la emancipación sexual se ha limitado a una mera demanda de tolerancia sexual.

        Ciertamente, pero se trata de un aspecto que no podemos dejar de lado. De entrada es esencial que cualquier individuo cuente con la posibilidad y el derecho de elegir su sexualidad. Los derechos individuales relativos a la

        sexualidad tienen una gran importancia y más cuando en muchos lugares todavía son ignorados. En este momento, no podemos considerarlo como una cuestión resuelta. Desde principios de los años sesenta se ha producido indiscutiblemente un efectivo proceso de liberación, positivo tanto en el plano práctico como en el de las mentalidades, aunque la cuestión no está completamente estabilizada. Debemos ir más allá y uno de los factores de estabilización pasa por la creación de nuevas formas de vida, relaciones, tratos amistosos en la sociedad, en el arte y en la cultura, de nuevas formas que se establecerán a partir de nuestras opciones sexuales, éticas y políticas. No se trata sólo de defendernos, sino también de afirmarnos y no únicamente en lo concerniente a la identidad sino en lo que hace referencia a la capacidad creativa.

        - Muchas de las cosas que dice recuerdan los intentos del movimiento feminista por definir una cultura y un lenguaje propios.

        Si, aunque no estoy seguro de que debamos crear una cultura "propia". Debemos crear una cultura, debemos llevar a efecto creaciones culturales, pero ahí nos topamos con la cuestión 000de la identidad. Desconozco cómo debemos afrentar la realización de estas creaciones e igualmente las formas que adoptarán. Por poner un ejemplo, no me parece que la mejor forma de creación literaria que puede esperarse de los homosexuales sea la narrativa homosexual.

  • De hecho, jamás se nos hubiera ocurrido decirlo. Sería partir de un esencialismo que debemos justamente eludir.

        Ciertamente. ¿Qué se entiende por "pintura homosexual"?. No obstante, no me cabe ninguna duda de que a partir de nuestras opciones sexuales, éticas podemos crear algo que en cierto modo tenga relación con la homosexualidad, que no debe ser la mera traducción de la homosexualidad en la esfera de la música, la pintura, etc. principalmente porque no creo que sea factible.

  • ¿Qué opinión le merece la extraordinaria proliferación, en estos diez o quince últimos años, de las prácticas homosexuales masculinas, la sensualización de ciertas partes del cuerpo, hasta ahora ocultas o la aparición de nuevos deseos?. Estoy pensando, por supuesto, en los aspectos más llamativos de lo que conocemos como circuito del cine porno, las salas sadomasoquistas o el fist-fucking? ¿Se trata de una simple transposición, en otro ámbito, de la proliferación general de los discursos sexules desde el siglo XIX o más bien de un proceso distinto propio de este concreto contexto histórico?

        Verdaderamente, de lo que nos interesa hablar más es de las innovaciones que llevan consigo estas prácticas. Consideramos la subcultura sadomasoquista, por usar una locución cara a nuestra amiga Gayle Rubin. No creo en absoluto que esa multiplicación de prácticas sexuales guarde ninguna relación con la actualización o la revelación de tendencias sadomasoquistas

        escondidas en el profundo de nuestro inconsciente. El sadomasoquismo es mucho más; es la creación efectiva de nuevas e imprevistas posibilidades de placer. La creencia de que el sadomasoquismo guarda relación con una violencia latente, que su práctica es un medio para liberar esa violencia, de dar rienda suelta a la agresividad es un punto menos que estúpida. Es bien sabido que no hay ninguna agresividad en las prácticas de los amantes sadomasoquistas ; inventan nuevas posibilidades de placer haciendo uso de ciertas partes inusitadas del cuerpo, erotizándolo. Se trata de una suerte de creación, de proyecto creativo, una de cuyas notas destacadas es lo que me permito denominar desexualización del placer. La creencia de que el placer físico procede simplemente del placer sexual y de que el placer sexual es la base de cualquier posible placer es de todo punto falsa. Las prácticas sadomasoquistas lo que prueban es que podemos procurarnos placer a partir de objetos extraños, haciendo uso de partes inusitadas de nuestro cuerpo, en circunstancias nada habituales, etc.

  • La identificación entre placer y sexo está pues superada.

        Así es. La posibilidad de hacer uso de nuestro cuerpo como fuente de una pluralidad de placeres reviste una enorme importancia. Si nos atenemos a la construcción tradicional del placer, comprobamos que los placeres físicos o carnales tienen su origen siempre en la bebida, en la alimentación y en el sexo. A mi juicio, ahí quiebra nuestra inteligencia del cuerpo, de los placeres. Es desesperante, por ejemplo, que no consideremos el problema de las drogas más que desde el punto de vista de la libertad o de la prohibición. Las drogas deben convertirse en un elemento cultural.

  • ¿Cómo fuente de placer?

        Por supuesto, como fuente de placer. Debemos conocer las drogas, probar las drogas; producir buenas drogas, que induzcan placeres intensos. El puritanismo que reina en relación con las drogas - un puritanismo que obliga a estar a favor o en contra- es un craso error. Las drogas son parte integrante de nuestra cultura: igual que existe buena y mala música, hay buenas y malas drogas. E igual que sería estúpido decir que estamos contra la música, es estúpido decir que estamos contra las drogas.

  • No se trata sino de sondear el placer y todas sus posibilidades.

        Exacto. El placer debe también formar parte de nuestra cultura. No está de más señalar que desde hace siglos, la mayoría de las personas - incluidos también médicos, psiquiatras y hasta los movimientos de liberación- vienen

        hablando del deseo, nunca de placer. "Debemos liberar nuestro deseo", afirman. ¡No!. Debemos crear placeres nuevos: acaso surja entonces el deseo.

  • ¿Qué significado puede tener que algunas identidades se constituyan con base en las nuevas prácticas sexuales como el sadomasoquismo?. Esas identidades estimulan la exploración de nuevas prácticas; preservan el

        derecho pleno del individuo a cultivar su identidad. ¿Pero no limitan también sus posibilidades?

        Veamos. Si la identidad consiste en un juego, en un procedimiento para fomentar relaciones sociales y de placer sexual que determinen nuevos vínculos amistosos, entonces es útil. Ahora bien, si la identidad se convierte en el problema capital de la vida sexual, si la gente cree que ha de descubrir su propia identidad y que esta identidad ha de erigirse en norma, principio y pauta de existencia; si la pregunta que se formulan de continuo es: "¿Actúo de acuerdo con mi identidad?", entonces retrocederán a una especie de ética semejante a la de la virilidad heterosexual tradicional. Si hemos de pronunciarnos respecto a la cuestión de la identidad, hemos de partir de nuestra condición de seres únicos. Las relaciones que debemos trabar con nosotros mismos no son de identidad, sino más bien de diferenciación, creación e innovación. Es un fastidio ser siempre el mismo. No debemos descartar la identidad si a través de ella obtenemos placer, pero nunca debemos exigir esa identidad en norma ética universal.

  • Pero hasta ahora la identidad sexual ha sido sumamente útil en el plano político.

        Si, útil en grado sumo, pero esa identidad nos constriñe y tengo para mí que nos asiste (que debe asistirnos) el derecho de ser libres.

  • Queremos que algunas de nuestras prácticas sexuales sean prácticas de resistencia, en el sentido político o social. ¿Cómo es posible esto, cuando el fomento del placer puede dar pie a ejercer un dominio? ¿Cómo estar seguros de que no se producirá una explotación de esos nuevos placeres - y pienso en el modo en como la publicidad hace uso del fomento del placer como instrumento de dominio social?

        No podemos dar seguridad de que no habrá explotación. En realidad, es seguro que habrá algún tipo de explotación; las innovaciones, los avances y los progresos que se vayan alcanzando, en un momento u otro, serán utilizados en la dirección de la explotación. Es consustancial a la vida, a la lucha y a la historia humana: lo que no supone, a mi juicio, objeción seria a esos movimientos . Pero tiene toda la razón del mundo al señalar que debemos actuar con prudencia y plena conciencia del hecho de que hemos de seguir adelante, plantearse otras necesidades. El guetto sadomasoquista de San Francisco es un ejemplo acertado de una comunidad que desarrolla la experiencia del placer. Esta segregación, esta identificación, este proceso de

        marginación, etc. desencadenan también efectos de retorno. No me atrevería a emplear el término dialéctica pero no debe andar muy lejos.

  • Usted sostiene que el poder no es sólo una fuerza negativa sino también una fuerza productiva: que el poder siempre está presente, que donde hay poder hay resistencia, que la resistencia no se encuentra extramuros del poder. ¿Visto así, cómo no llegar a la conclusión de que estamos atrapados en esa relación, de que no tenemos escapatoria posible?.

        En realidad, no creo que la palabra atrapados sea la apropiada. Se trata de una lucha, pero mi propósito al hablar de relaciones de poder es decir que estamos, unos y otros, en una situación estratégica. En nuestra condición de homosexuales estamos enfrentados con el Estado y el Estado con nosotros. En relación con el Estado, nuestra lucha, desde luego, no es simétrica, la situación de poder es distinta, pero participamos en esa lucha. Basta que cualquiera de nosotros se eleve sobre los demás que esa situación se prolongue para dar pie a un modelo de conducta, para servir de pauta, positiva o negativa, a los demás. No estamos atrapados, ni mucho menos. Ahora bien, siempre estamos inmersos en situaciones de esa índole, lo que significa que tenemos siempre la posibilidad de cambiar la situación, que se nos ofrece siempre tal posibilidad. No podemos mantenernos extramuros, ajenos a cualquier relación de poder. Podemos alterar siempre este estado de cosas. No ha sido mi intención decir que estamos atrapados, sino por el contrario que somos libres. En una palabra, que siempre nos queda la posibilidad de cambiar las cosas.

  • ¿La resistencia procederá de ese tipo de dinámica?

        Sí. Dése cuenta de que si no hubiese resistencia, no habría relaciones de poder, porque entonces todo se limitaría a una mera cuestión de obediencia. Desde que el individuo no puede actuar libremente, se ve forzado a utilizar las relaciones de poder. La resistencia surge en primer lugar; sus efectos fuerzan cambios en las relaciones de poder. A mi juicio, el término "resistencia" supera a los demás, es la piedra angular de este proceso.

      Si, así veo las cosas. Limitarse a decir no es una manera mínima de

        resistencia. No obstante, en ciertos estadios, es de suma importancia. Hay que negarse y hacer de esa negativa una forma de resistencia determinante.

  • Asunto que suscita la cuestión de determinar de que modo y hasta que punto un individuo - o una individualidad- sujeto a dominio puede articular un discurso propio. En el análisis tradicional del poder, el elemento omnipresente a partir del cual se realiza el análisis es el discurso dominante: el resto , las reacciones al mismo, en su seno, anteriores, no son sino elementos secundarios. Sin embargo, si por "resistencia" en el interior de las relaciones de poder entendemos algo más que una mera negación sería lícito afirmar que algunas prácticas- el sadomasoquismo lésbico, sin ir

        más lejos- no son mas que el modo en que unos sujetos sometidos articulan un lenguaje propio?

        La resistencia es un elemento de la relación estratégica en que consiste el poder. La resistencia en efecto parte de la situación con la que se enfrenta. En el movimiento homosexual, la noción médica de la homosexualidad ha constituido un instrumento de enorme importancia para combatir la opresión de que era objeto la homosexualidad a finales del siglo XIX y principios del XX. Tal proceso de medicalización, que era un medio de opresión, fue también un elemento de resistencia porque podían argumentar: "Si no somos más que enfermos ¿a qué vuestro desprecio y vuestras condenas?", etc. Desde luego, ese discurso se nos antoja hoy sumamente ingenuo, pero en ese momento tuvo una enorme importancia.

        En cuanto a las lesbianas, el hecho de que las mujeres, según creo, hayan permanecido durante siglos aisladas socialmente, truncadas vitalmente, marginadas de múltiples formas, les ha proporcionado una posibilidad real de constituir un medio social, de establecer un tipo específico de relación social, al margen del mundo masculino. El libro de Lilian Faderman "Surpassing The Love of Men" es, a este propósito, extremadamente interesante. Plantea la cuestión de determinar el tipo de experiencia emocional, de relaciones que podían verificarse en un ámbito en el que las mujeres carecían de poder social, legal o político y termina afirmando que las mujeres han aprovechado ese aislamiento y esa ausencia de poder.

  • Si la resistencia es el proceso para liberarse de las prácticas discursivas,

        podría decirse que el sadomasoquismo lésbico es una de las prácticas que, prima facie, con mayor legitimidad pueden calificarse de prácticas de resistencia. ¿Hasta que punto esas prácticas y esas identidades pueden ser consideradas como una réplica del discurso dominante?

      Lo más interesante del sadomasoquismo lésbico es que ha conseguido

        desprenderse de algunos estereotipos femeninos presentes en el movimiento de lesbianas- una estrategia que las lesbianas elaboraron en tiempos pasados. Estrategia que se basaba en la opresión de que eran objeto las lesbianas y que el movimiento empleaba para combatir esa opresión. En la actualidad, esos elementos están trasnochados. El sadomasoquismo lésbico trata de desprenderse de todos los caducos estereotipos de la feminidad, de las actitudes de rechazo a los varones, etc.

  • ¿En su opinión, que pueden revelarnos sobre el poder - y además sobre el placer las prácticas sadomasoquistas cuya esencia es la erotización expresa del poder?

        El sadomasoquismo, como bien dice, es la erotización del poder, la erotización de las relaciones estratégicas. Lo más chocante del sadomasoquismo son sus abismales diferencias con el poder social. El poder se caracteriza porque constituye una relación estrategica que reside en las instituciones. La movilidad, dentro de las relaciones de poder, es sumamente reducida; ciertos bastiones son de todo punto inexpugnables porque se han

        institucionalizado, porque tienen un influjo perceptible en los tribunales, en la legislación. Las relaciones estratégicas interindividuales se caracterizan por su extrema rigidez.

        El sadomasoquismo es, a este propósito, sumamente interesante ya que pese a tratarse de una relación estratégica se caracteriza por su flexibilidad. Hay claro está, dos papeles pero nadie ignora que esos papeles pueden intercambiarse. En ocasiones, al comienzo del juego uno es el amo y otro es el esclavo y al final el que era esclavo pasa a ser el amo. O incluso cuando los papeles son permanentes, los actores saben perfectamente que se

        trata de un juego, ya se cumplan las normas, ya exista un acuerdo, tácito o expreso, por el que se establecen ciertos límites. Este juego de estrategias reviste un enorme interés como fuente de placer físico. Pero no me atrevería a decir que se trata de una repetición, en la esfera de la relación erótica, de la estructura de poder. Es una representación de las estructuras de poder a través de un juego de estrategias capaz de proporcionar un placer sexual o físico.

  • ¿Cuáles son las diferencias entre ese juego de estrategias en la sexualidad y en las relaciones de poder?

        La práctica del sadomasoquismo termina por introducir un placer, que a su vez hace nacer una identidad, razón por la cual el sadomasoquismo es una auténtica subcultura; es un proceso inventivo. El sadomasoquismo consiste en la utilización de una relación estratégica como fuente de placer (de placer físico), hecho este, el de hacer uso de las relaciones estratégicas para proporcionar placer, que se ha producido en otras ocasiones. Ya en la Edad Media, la costumbre del amor cortesano, con el trovador, el cortejo entre la dama y el galán etc., era también un juego de estrategias. Tipo de juego que puede advertirse actualmente entre los jóvenes que frecuentan las salas de baile los sábados por la noche; incorporan relaciones estratégicas. El interés radica en que la esfera heterosexual, las relaciones estratégicas preceden al sexo; se justifican para llegar al sexo. En el sadomasoquismo, por el contrario, las relaciones estratégicas son parte integrante del sexo, un convenio de placer en el marco de una situación específica.

        En el caso, las relaciones estratégicas son relaciones nítidamente sociales que afectan al individuo en tanto que miembro de la sociedad; mientras que en el otro lo que está en cuestión es el cuerpo. El interés radica precisamente en esa transposición de las relaciones estratégicas que pasan del ritual corporal al plano sexual.

  • En una entrevista concedida por usted hace uno o dos años a la revista "Gai Pied" afirmaba que lo que más perturba de las relaciones homosexuales no es tanto el acto sexual como la posibilidad de que se desarrollen relaciones afectivas que no se amolden a los esquemas normativos; esto es, vínculos y tratos amistosos desconocidos hasta ahora. ¿Cree usted que la sociedad teme las virtualidades ignoradas de las relaciones homosexuales o que

        acaso estas son vistas como una amenaza directa para las instituciones sociales?

        Actualmente, la cuestión de la amistad acapara toda mi atención. Desde la antigüedad, la amistad ha constituido una relación fundamental; una relación social en cuyo ámbito los individuos contaban con cierto margen de libertad, con cierta capacidad de elección (limitada, sin duda) que les permitía experimentar relaciones afectivas sumamente intensas. La amistad tenía también implicaciones económicas y sociales - la persona estaba obligada a socorrer a los amigos, etc. En los siglos XVI y XVII va desapareciendo este tipo de amistad, al menos en la sociedad masculina, y va convirtiéndose en algo distinto. Desde el siglo XVI, encontramos escritos en los que se critica expresamente la amistad, tenida como un foco de peligros.

        El ejército, la burocracia, la administración, las universidades, las escuelas, etc.- en el sentido que tienen estos términos en la actualidad- encuentran un obstáculo en amistades tan intensas. En todas estas instituciones, se advierte una considerable actividad para disminuir o debilitar esas relaciones afectivas, señaladamente, en las escuelas. Uno de los problemas más acuciantes que se planteaban, a la hora de abrir nuevas escuelas, a las que debían acudir centenares de niños, era el de impedir no sólo que tuvieran relaciones físicas, sino incluso que trabaran amistad. A este fin, sería sumamente interesante analizar la estrategia desplegada por los jesuitas en sus establecimientos, los cuales, tras comprobar la imposibilidad de anular la amistad, trataron de controlar simultáneamente las distintas funciones que tenían el sexo, el amor, la amistad, a fin de limitar sus efectos. Una vez estudiada la historia de la sexualidad, deberíamos intentar explicar la historia de la amistad o de las amistades, en plural, una historia que se revelaría sumamente interesante.

        Una de las hipótesis- cuya comprobación no presentaría si se intentara, ninguna dificultad- es que la homosexualidad (es decir, las relaciones sexuales entre dos varones) se tornó problemática a partir del siglo XVIII: entra en conflicto con la policía, con las leyes. Y la razón de este conflicto social estriba en que la amistad, en esta época desapareció. Mientras la amistad fue algo valioso, mientras fue aceptada socialmente, era irrelevante que los hombres mantuvieran relaciones sexuales entre sí. No intento decir que no existieran, sino simplemente que carecía de importancia. Puesto que no tenía ninguna implicación social, era socialmente aceptada. Que se entregasen el uno al otro o que se besaran resultaba irrelevante, completamente irrelevante. Una vez que la amistad desaparece como relación culturalmente aceptada, surge la cuestión: ¿Pero que hacen los hombres juntos? y aparece el problema. En la actualidad dos hombres que practiquen el coito o mantengan relaciones sexuales es sentido como un problema. Creo que al decir que la desaparición de la amistad como relación social y el que la homosexualidad se presente como un problema social, político o médico, forma parte del mismo proceso.

  • Si bien es cierto que lo importante hoy es explorar las nuevas posibilidades de la amistad, no podemos pasar por alto que todas las instituciones sociales están concebidas para fomentar las relaciones y las estructuras heterosexuales, en detrimento de las homosexuales. ¿Nuestra actuación debe tender a establecer nuevas relaciones sociales, nuevos valores, nuevas estructuras familiares, no?. Todas las estructuras y las instituciones propias

        de la monogamia y la familia de cuño tradicional están negadas a los homosexuales. ¿Qué clase de instituciones debemos empezar a establecer no

        sólo como defensa sino también para crear nuevas formas sociales que supongan una alternativa efectiva?

        ¿Qué instituciones?. Me pone en un aprieto. Desde luego, considero que sería completamente contraproducente reproducir en este ámbito y en esta clase de amistad el modelo familiar o de las instituciones propias de la familia. Podemos apreciar no obstante que cierto tipo de relaciones que no cuentan con ningún amparo son a menudo y al mismo tiempo más ricas, más interesantes y mas creativas que las relaciones sociales propias de la familia. Naturalmente también son mucho más frágiles y vulnerables. Se trata de una cuestión capital, pero a la que no puedo responder satisfactoriamente. Responder a esa pregunta es cuestión de todos.

        - ¿Hasta qué punto el proyecto de liberación homosexual debe ser un proyecto que, lejos de limitarse a señalar un itinerario, se proponga abrir nuevas vías de desarrollo?. Dicho de otro modo ¿su concepción de la estrategia sexual sustituye los programas por la invitación a experimentar nuevos tipos de relaciones?

  • Una de las mayores enseñanzas recibidas desde la última guerra mundial ha sido el rotundo fracaso de todos los programas sociales y políticos. Hemos comprobado hasta el cansancio que nada sucede como predicen los programas políticos y que éstos siempre o casi siempre han conducido a abusos a al dominio de un grupo, bien sea de técnicos, burócratas o de otro tipo. A mi juicio, uno de los logros más importantes de los años sesenta y setenta es que ciertos modelos institucionales han sido experimentados sin atenerse a programas, lo que no significa que se hiciese a ciegas o sin la colaboración del pensamiento. En Francia, por ejemplo, se ha criticado duramente en estos últimos años que los diferentes movimiento políticos en pro de la libertad sexual, las prisiones, la naturaleza, etc., careciesen de programa. Por mi parte, creo que la ausencia de programa, que no hay que identificar con la ausencia de reflexión sobre los acontecimientos o con una inquietud que no tiene posibilidades, puede resultar enormemente provechosa, novedosa y creativa.

        Desde el siglo XIX, las instituciones políticas más relevantes y los grandes partidos políticos se han ido apropiando del proceso político; es decir, han tratado de dar a la creación política la forma de programa para apropiarse mejor de ella. Hay que mantener los logros de los años sesenta y de principios de los setenta. En concreto, hay que mantener, con independencia de los partidos políticos y de los programas al uso, una forma de innovación política . Nadie puede negar que desde los años sesenta la vida cotidiana de la gente ha cambiado y mi propia vida es prueba de ello. Cambio que, obviamente, no se ha debido a los partidos políticos, sino a otro gran número de movimientos. Estos movimientos sociales han cambiado

        efectivamente nuestra vida, nuestra mentalidad y nuestras actitudes, así como la mentalidad y las actitudes de personas sin relación o ajenas a esos movimientos, lo cual es algo sumamente importante y positivo. Insisto, no

        son las trasnochadas organizaciones políticas de cuño tradicional las que han dado pie a esta revisión.

Traducción del inglés de Luis Cayo Pérez Bueno.

lunes, 12 de mayo de 2008

LA MENTE HETERO

Monique Witting

Los discursos que particularmente nos oprimen a todas nosotras y a todos nosotros, lesbianas, mujeres y homosexuales, son aquellos que dan por sentado que lo que funda una sociedad, cualquier sociedad, es la heterosexualidad. Esos discursos hablan de nosotras y de nosotros y presumen de estar diciendo la verdad en un terreno apolítico, como si hubiera alguna cosa significable capaz de escapar de lo político en este momento histórico y como si, en lo que a nosotras y nosotros concierne, pudieran existir signos sin significado político. Esos discursos de la heterosexualidad nos oprimen en el sentido en que nos impiden hablar a menos que hablemos en sus términos. Todo lo que los cuestiona es inmediatamente descalificado como elemental. Nuestro rechazo a las interpretaciones totalizadoras del psicoanálisis les hace decir a sus teóricos que despreciamos la dimensión simbólica. Esos discursos nos niegan toda posibilidad de crear nuestras propias categorías. Pero su acción más feroz es la tiranía inflexible que ejercen sobre nuestro ser mental y físico.

Cuando usamos el más que generalizador término ideología para designar a todos los discursos del grupo dominante, estamos relegando a esos discursos al terreno de las ideas irreales y olvidamos así la violencia material (física) que ejercen directamente contra las personas oprimidas, una violencia que es producida tanto por los discursos abstractos y “científicos” como por los de los medios.

Me gustaría insistir en esta opresión material que ejercen los discursos sobre las personas.

No hay nada abstracto en el poder que tienen las ciencias y las teorías, el poder de actuar en forma material y concreta sobre nuestros cuerpos y mentes, aún cuando el discurso que las produce sea abstracto... Todas las personas oprimidas conocen ese poder y han tenido que vérselas con él. Es el que dice: no tenés derecho a hablar porque tu discurso no es científico ni teórico, porque estás en un nivel equivocado de análisis, estás confundiendo los discursos con la realidad, tu discurso es ingenuo, entendés mal tal o cual ciencia, etc.

Si el discurso de los modernos sistemas teóricos ejerce poder sobre nosotras, es porque trabaja con conceptos que nos tocan muy de cerca. Pese al surgimiento histórico del movimiento de lesbianas, del feminismo y del de liberación gay, cuya actuación ya ha sacudido las categorías filosóficas y políticas de los discursos de las ciencias sociales, esas categorías siguen siendo sin embargo utilizadas por la ciencia contemporánea sin mayor análisis. Funcionan como conceptos primitivos dentro de un conglomerado de disciplinas, teorías e ideas actuales que llamaré la mente hetero.

En esos conceptos incluyo “mujer”, “hombre”, “sexo”, “diferencia”, y toda la serie de conceptos que llevan su marca, incluyendo “historia”, “cultura” y lo “real”. Y si bien en los últimos años se ha aceptado que no existe nada a lo que se pueda llamar “naturaleza”, que todo es cultura, sigue habiendo dentro de esa cultura un núcleo de naturaleza que resiste a todo examen, una relación excluida de lo social en el análisis, una relación cuya característica es ser ineludible en la cultura así como en la naturaleza, y que es la relación heterosexual. A esto le llamo la redacción social obligatoria ente “hombre” y “mujer”... Este principio ineludible como conocimiento, como principio obvio, como algo dado previo a toda ciencia, la mente hetero desarrolla una interpretación totalizadora de la historia, de la realidad social, de la cultura, del lenguaje y de todos los fenómenos subjetivos al mismo tiempo. Apenas puedo subrayar el carácter opresor que reviste a la mente hetero en su tendencia a universalizar inmediatamente todo concepto que produce como ley general y sostener que es aplicable a todas las sociedades, épocas y personas. Así hablan del intercambio de mujeres, de la diferencia entre los sexos, del orden simbólico, del inconsciente, deseo, cultura, historia, dándole un significado absoluto a todos esos conceptos que en realidad son sólo categorías basadas en la heterosexualidad o sea el pensamiento que produce la diferencia entre los sexos como dogma político y filosófico.

La consecuencia de esta tendencia a universalizar todo es que la mente hetero no puede concebir una cultura, una sociedad donde la heterosexualidad no ordene no sólo todas las relaciones humanas sino también la misma producción de conceptos e inclusive los procesos que escapan a la conciencia.

Rechazar la obligación del coito y las instituciones que esa obligación ha producido como necesarias para la constitución de una sociedad, es simplemente imposible para la mente hetero, dado que hacerlo significaría rechazar la posibilidad de constituir otro y el rechazo del “orden simbólico”, y también hacer imposible la constitución de significados, sin lo cual nadie puede mantener su coherencia interna. Así el lesbianismo, la homosexualidad y las sociedades que formamos no pueden ser pensadas ni habladas, aún cuando siempre han existido. Así la mente hetero continúa afirmando que el incesto, y no la homosexualidad, es su principal prohibición. Así, cuando es pensada por la mente hetero, la homosexualidad no es otra cosa que otra heterosexualidad.

Sí, la sociedad hetero se basa en la necesidad de lo diferente/otro a todo nivel. No puede funcionar económica, simbólica, lingüística o políticamente sin ese concepto. Esa necesidad de lo diferente/otro es ontológica para todo el conglomerado de ciencias y disciplinas que yo llamo la mente hetero. Pero ¿qué es lo diferente/otro sino lo dominado? Porque la sociedad heterosexual no sólo oprime a lesbianas y homosexuales sino a muchas y muchos diferentes/otras/otros, oprime a todas las mujeres y a muchas clases de hombres, a todas aquellas personas que están en la posición de dominadas. Constituir una diferencia y controlarla es un acto de poder, dado que es esencialmente un acto normativo. Todas las personas tratan de mostrar que la otra o el otro son diferentes. Pero no todas tienen éxito en su empresa. Hay que ocupar una posición social de poder para lograrlo.

Por ejemplo, el concepto de la diferencia entre los sexos ontológicamente constituye a las mujeres como diferentes/otras. Los hombres no son diferentes, la gente blanca no es diferente, ni lo son los amos. Pero la gente negra, así como las esclavas y los esclavos, sí lo son. Esa característica ontológica de la diferencia entre los sexos afecta a todos lo conceptos que son parte del mismo conglomerado. Pero para nosotras o nosotros no existe eso de ser-mujer o ser-hombre. “Hombre” y “mujer” son conceptos políticos de oposición y la cópula que dialécticamente los une es, a la vez, la que los hace desaparecer. Es la lucha de clases entre mujeres y hombres la que va a hacer desaparecer a hombres y mujeres (lo mismo sucede con todas las otras luchas de clase donde las categorías en oposición se “reconcilian” mediante la lucha cuya meta es hacerlas desaparecer). El concepto de diferencia no tiene de por sí nada ontológico. Es solo la forma que tienen los amos de interpretar una situación histórica de dominación. La función de la diferencia es enmascarar en todo nivel los conflictos de intereses, incluidos los ideológicos.

En otras palabras, para nosotras y para nosotros, esto significa que ya no puede haber mujeres y hombres, y que como clases y categorías de pensamiento o lenguaje tiene que desaparecer política, económica e ideológicamente. Si nosotras como lesbianas y ustedes como homosexuales seguimos hablándonos y pensándonos como mujeres y como hombres, estaremos preservando la heterosexualidad. Estoy segura de que ninguna transformación política ni económica puede quitarle su dramatismo a esas categorías de lenguaje. Podemos redimir las palabras esclava o esclavo. Podemos redimir nigger, negress (términos derogatorios para las personas negras). ¿En qué difiere mujer de palabras? La transformación de las relaciones económicas no alcanza. Debemos producir una transformación política de los conceptos claves, es decir, de los conceptos que son estratégicos para nosotras y para nosotros. Porque hay otro orden de lo material, el del lenguaje, y el lenguaje se va elaborando en base a estos conceptos estratégicos. Esta a la vez profundamente conectado al campo político donde todo lo que concierne al lenguaje, a la ciencia y al pensamiento, se refiere a la persona como subjetividad y a su relación con la sociedad. Y no podemos dejar esto dentro del poder de la mente hetero, o sea del pensamiento basado en la dominación.

Rompemos el contrato heterosexual. Esto es lo que las lesbianas estamos diciendo por todas partes, si no con teorías, mediante prácticas sociales, y las repercusiones de esto en la cultura y en la sociedad hetero aún no sabemos cuáles podrán ser. Alguien que se dedica a la antropología podrá decirnos que tenemos que esperar cincuenta años. Sí, si una quiere universalizar el funcionamiento de estas sociedades y hacer aparecer sus rasgos invariantes. Mientras tanto, los conceptos hetero se van socavando. ¿Qué es la mujer? Pánico, alarma general para una defensa activa. Francamente, es un problema que las lesbianas no tenemos porque hemos hecho un cambio de perspectiva, y sería incorrecto decir que las lesbianas nos asociamos, hacemos el amor o vivimos con mujeres, porque el término mujer tiene sentido solo en los sistemas de pensamiento y económico heterosexuales. Las lesbianas no somos mujeres (como no lo es tampoco ninguna mujer que no esté en relación de dependencia personal con un hombre).

lunes, 5 de mayo de 2008

Mujeres y medios de comunicación

Liliana Daunes
Intervención en la sesión simbolica en homenaje al
Dia de la Mujer organizada en la legislatura porteña

Como trabajadora de la comunicación y como feminista, quiero expresar que es imposible en este tiempo transformar el lugar de las mujeres y de los sectores más vulnerables de la sociedad, mientras los grandes medios de comunicación, privados y públicos, sigan siendo fuentes fundamentales de la reproducción de una cultura patriarcal. Sigan siendo voceros del gran capital, y formadores de un imaginario consumista, en el que todo se vuelve mercancía, desde el agua hasta la basura, desde la educación hasta el cuerpo y las vidas de las mujeres.

Medios de comunicación que construyen y defienden valores funcionales al poder, negando o banalizando derechos fundamentales como el derecho al trabajo, a la educación, a la salud, a la vivienda. Medios en los que se criminaliza a las trabajadoras o a los trabajadores en huelga, a las desocupadas o a los desocupados que demandan su lugar en la sociedad, a las maestras o a los maestros que defienden la educación pública, y hasta pueden reproducir impunemente la propaganda electoral de quien dio la orden de represión que terminó con la vida de Carlos Fuentealba. Medios de comunicación en los que Julio López vuelve a desaparecer. Medios que minimizan la violencia machista e invisibilizan los feticidios. Medios de comunicación en los que las mujeres que exigimos educación sexual, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir, somos estigmatizadas por el coro patriarcal de la Santa Inquisición.

La democracia en la comunicación es mucho más difícil aún, cuando serecorta o condiciona el lugar para la pluralidad de voces que intentaexpresar la comunicación alternativa. Cuando se cierran espacios públicos como el canal de la ciudad, con el consiguiente despido de trabajadores y trabajadoras de la comunicación, y se siguen desvalorizando los espacios con perspectiva de género en la radio pública. Se trata de políticas que precarizan aún más el empleo, como parte de las políticas flexibilizadoras con que el gobierno de la ciudad y sus legisladores y legisladoras vienen castigando a las trabajadoras y trabajadores, para dibujar los éxitos de su presupuesto.

Son políticas que al mismo tiempo, recortan o niegan la posibilidad depromover las voces que visibilizan las demandas, las historias, el lenguaje y las prácticas de mujeres que han venido bregando históricamente por su emancipación, como parte de la emancipación general de la humanidad. Y es preciso aclarar: no me estoy refiriendo solamente a la inclusión de más mujeres en los medios.

El ser mujer no asegura una posición de lucha contra las opresiones. Loque estoy planteando es el derecho a la pluralidad ideológica, en medios de comunicación que hegemónicamente reproducen la cultura androcéntrica. Es la posibilidad de que se exprese una mirada del mundo, no la propia, no la de una u otra periodista, sino la de una corriente histórica y la de un movimiento, que se va creando a sí mismo desde la identificación de la opresión de las mujeres que realiza el patriarcado, y desde las batallas por nuestra emancipación. Es la palabra de un feminismo que no pretende lograr un cupo para integrarse en la dominación, sino que aspira a deconstruir todas las dominaciones de una cultura opresora en la que se refuerzan mutuamente, el capitalismo, el patriarcado, el racismo, la violencia.

Es sabido que si unos pocos controlan la información, no es posible lademocracia. En Argentina aún nos rige una Ley de Radiodifusión de ladictadura. Es algo vergonzoso. Es la ley hecha a medida de los Videla, de los Massera, de los Martínez de Hoz.

Es indispensable una nueva ley que garantice el pluralismo informativo ycultural. Si bien se trata de una ley nacional, demandamos que también en la Ciudad se vaya haciendo camino en esta dirección. Necesitamos que los medios públicos sean fuertes, y estén al servicio de todas y todos y no de los gobiernos de turno o de los sectores del poder.

El derecho a la comunicación es un derecho humano y no un negocio. La mercantilización de la cultura, agrava y profundiza la realización de una programación de los medios de comunicación que desbordan de lenguaje sexista, de humor misógino, de estereotipos machistas, de vulgaridad en el tratamiento de problemas constituyentes de la identidad de las personas como por ejemplo la sexualidad, de naturalización de los roles subalternos de las mujeres, de bastardeo a la libre opción sexual de lesbianas, gays y travestis.

Es imprescindible que se cumplan con los avances que ya fueron logrados por el movimiento de mujeres, y que en este momento están amenazados por la política proteña.

Quiero recordar que la Constitución de la Ciudad (de Buenos Aires), establece en los artículos 36, 37 y 38 que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires debe garantizar la igualdad real de oportunidades y de trato entre varones y mujeres en el acceso y goce de todos los derechos y la incorporación de la perspectiva de género en el diseño y ejecución de las políticas públicas. Por lo tanto, se dispone que el Gobierno porteño debe respetar la perspectiva de género en todas sus políticas públicas, incluyendo las comunicacionales. Esto se afirma también en la ley 474, que crea el Plan de Igualdad de Oportunidades y de Trato entre varones y mujeres. No queremos que estas leyes sean letra muerta.

Los medios de comunicación suelen ser en su gran mayoría los fieles voceros de un orden que mata, reprime, discrimina y excluye. Los problemas sociales, las demandas de las mujeres, no pueden tener como respuesta la represión.Las personas que vivimos y transitamos en la ciudad de buenos Aires somos ciudadanas y ciudadanos. Somos sujetos y sujetas de derecho y no objetos de represión.

¿SEXO DÉBIL?

Celina Rodriguez- espacio de mujeres del Frente Popular Dario Santillan

“Por ser mujer me cuesta más”

En el marco del paro agropecuario, la presidenta Cristina K dio varios discursos en diferentes tonos y con distintos escenarios, pulseando con los protagonistas del paro agropecuario. . En esas oportunidades se la escuchó decir frases como “por ser mujer me cuesta más”. Esta afirmación deja entrever una victimización que ya fue superada por las mujeres luchadoras y organizadas que queremos cambiar, en serio y de raíz, esta sociedad capitalista y patriarcal.; una sociedad totalmente injusta que nos hace sufrir, enojar, luchar, y que nos lleva a organizarnos, juntarnos, separarnos, amigarnos, comprometernos.

En esos discursos, con su voz quebrada hablaba de “el pecado de ser mujer”, “sola no puedo”, “yo sabía que todo me iba a costar mucho”, slogans lanzados en el marco de un malo melodrama.
Ella, los y las que la escuchaban, nosotros y nosotras sabemos que todo esto es una teatralización:
- Ella no está sola, acuerda, forma parte de un proyecto político que no es y no ha sido realmente popular. Las condiciones materiales y subjetivas para miles de hombres y mujeres no han cambiado, con estos años del modelo K: sigue habiendo mas de dos millones de personas que viven de los planes sociales, de las Tarjeta Vida de 100 pesos, de la escasa mercadería que llegan a los comedores, del asistencialismo de los punteros municipales. Hay miles de trabajadores y trabajadoras que malviven de un trabajo precarizado y muchos de estos que avalan el trabajo precarizado, son los gobiernos municipales, provinciales y nacionales que forman parte del proyecto de K. Hay miles de jóvenes que no pueden seguir estudiando, no se cumple con las leyes de salud sexual y reproductivas, hay servicios insuficientes para tratar la violencia familiar y de género incluida la desaparicion de cientos de mujeres para su explotacion sexual; hay desnutrición en niños y niñas del conurbano e interior; hay despedidos, fábricas que cierran, trabajadores y trabajadoras maltratados, impunidad, por mencionar algunas cosas. Seguramente este listado se enriquecerá con las vivencias, experiencias, conocimientos de las y los lectores/as que leen esta revista

No es una recién llegada a la política: no vamos a caer en la crítica fácil que está ahí porque “es la mujer de….”. Ella está en el proyecto, lo armó y lo reivindica. Fue parte de este proyecto en Santa Cruz, fue legisladora y levantó sus manos cuando remataban las empresas de hidrocarburos: Con Kirchner armaron un gobierno fuerte en su provincia por los acuerdos con las petroleras.

"Sabia que esto me iba a costar mucho".Se ampara en su condición de género para solicitar compresión por su presunta debilidad. En su etapa pública siempre formó parte del Partido Justicialista, de un proyecto político , con tradiciones, propuestas, ideologias, acomodos,años de politicas hambreadoras..
Fue legisladora y es presidenta porque formo parte de esa forma de hacer política que nos avergüenza: trepadora, haciendo loby, sin principios, acordando con las multinacionales, con los liberales, levantando las manos en los cámaras en los proyectos mas antipopulares, mintiendo al pueblo, enriqueciéndose con estos manejos, avalando todo y cada una de las políticas de este proyecto. No está allí precisamente por su lucha con las mujeres, con los sectores populares por un mundo igualitario y solidario.
La particularidad, tanto de ella como de su marido, es que agarraron la “ola progresista” de los derechos humanos y el rescate de las nuevas ondas latinomericanas. Mucha cáscara (muchos discursos y movidas de manos) y pocas nueces.

Prejuicio social: ¿Género asociado con el pedido de ayuda?

Hace medio siglo Simone de Beauvoir demostró que la cultura patriarcal, había asignado a la mujer una posición asimétrica basada en atributos tales como debilidad, dependencia, ponderación de lo emocional por sobre lo racional y de lo doméstico por sobre lo público. Las luchas de los movimientos de mujeres a nivel nacional e internacional, han ido rompiendo; en las prácticas y en los discursos estas supuestas debilidades.
Sabemos que nos falta mucho, sabemos que hay victimas reales. Por eso denunciamos los femicidios: los asesinatos de mujeres por el solo hecho de serlo, como sucedió con Sandra Gamboa, o Soledad de Catamarca, sólo por poner algunos ejemplos.
Pero no queremos más ser victimas: queremos se sujetas de cambios profundos; juntas y juntos, en articulación con las luchas populares.

Resulta extraño escuchar a una mujer del poder esbozar la idea del género asociándola con el pedido de ayuda y compresión, que peligrosamente pareciera avalar el prejuicio social de la debilidad de la condición femenina.
En la misma tribuna que alardea con los logros del modelo, se asignan los inconvenientes de la gestión al género.
Se ampara en el género para solicitar concesiones en la presunta debilidad. Cierra los puños como fortaleza, le salen por los poros el autoritarismo y la soberbia de este gobierno K; y al otro segundo, le toca "hacer como" la mujer débil abrazada por el protector marido K.
Apela a el victimismo de género; cuando es un tema que no le interesa para nada; y a las pruebas me remito; las primeras formulaciones es negar el derecho aborto, fundamentandolo en sus ideas religiosas; olvidandosé que como presidenta tiene que tener en cuenta las cifras terribles de cantidad de mujeres muertas por abortos clandestinos.
Como dice la periodista Susana Viau “Se queja de llena”.